Mercurio de metales pesados
Además de los efectos adversos sobre las plantas, los metales pesados suponen una amenaza para la salud humana debido a su persistencia en la naturaleza. Por ejemplo, el Pb es uno de los metales pesados más tóxicos que tiene un tiempo de retención en el suelo de entre 150 y 5000 años y que, según los informes, mantiene una concentración elevada durante 150 años (NandaKumar et al., 1995; Yang et al., 2005). Las plantas que crecen en lugares contaminados por metales pesados suelen acumular mayores cantidades de metales pesados, por lo que se produce la contaminación de la cadena alimentaria. La cadena alimentaria contaminada actúa como vía principal de entrada de metales pesados en los tejidos animales y humanos, haciéndolos propensos a varias enfermedades que van desde la dermatitis a diversos tipos de cáncer (McLaughlin et al., 1999). Este problema podría agravarse aún más si no se toman medidas suficientes en el momento oportuno. Por ello, la investigación en este campo está impulsada por la esperanza de disminuir la entrada de metales pesados en las plantas de cultivo, reduciendo así el riesgo de contaminación en animales y seres humanos.
Figura 1. Enfoque integrado para estudiar las respuestas de las plantas al estrés por metales pesados. La transcriptómica, la proteómica, la metabolómica y la ionómica son herramientas útiles que pueden ayudarnos a descifrar y analizar las redes reguladoras activas que controlan las respuestas y la tolerancia al estrés por metales pesados.
¿Qué define el heavy metal?
Metales pesados-Definición. Los metales pesados (MH) se definen como aquellos elementos que tienen un número atómico superior a 20 y una densidad atómica superior a 5 g cm- 3 y deben presentar las propiedades de un metal [2,38,39]. Los MH pueden clasificarse a grandes rasgos en dos categorías: metales pesados esenciales y no esenciales.
¿Cuáles son los ejemplos de metales pesados?
Hay 35 metales que nos preocupan debido a la exposición residencial o laboral, de los cuales 23 son metales pesados: antimonio, arsénico, bismuto, cadmio, cerio, cromo, cobalto, cobre, galio, oro, hierro, plomo, manganeso, mercurio, níquel, platino, plata, telurio, talio, estaño, uranio, vanadio, …
¿Por qué lo llaman heavy metal?
Se cree que el término “metal” procede del movimiento hippie, cuando “heavy” significaba profundo o serio. La música metal gira en torno a unos pocos componentes clave: riffs y acordes de guitarra muy distorsionados, batería potente, notas de bajo extra graves y voces agresivas o guturales.
Música metálica
Los metales pesados son constituyentes naturales de la corteza terrestre. Son estables y no pueden degradarse ni destruirse, por lo que tienden a acumularse en suelos y sedimentos. Sin embargo, las actividades humanas han alterado drásticamente los ciclos bioquímicos y geoquímicos y el equilibrio de algunos metales pesados. Las principales fuentes antropogénicas de metales pesados son las fuentes puntuales industriales, por ejemplo, minas, fundiciones y fundiciones, y las fuentes difusas, como los subproductos de la combustión, el tráfico, etc. Los metales pesados relativamente volátiles y los que se adhieren a partículas transportadas por el aire (partículas) pueden dispersarse ampliamente por la atmósfera, depositándose a menudo a miles de kilómetros del lugar de liberación inicial. En general, cuanto más pequeña y ligera sea una partícula, más tiempo permanecerá en el aire. Las partículas más grandes (de más de 10 micrómetros (µm) de diámetro) tienden a depositarse en el suelo por gravedad en cuestión de horas, mientras que las más pequeñas (de menos de 1µm de diámetro) pueden permanecer en la atmósfera durante semanas y se eliminan principalmente por precipitación.
Lista de metales pesados
La mayoría de los metales pesados tienen un número atómico alto, un peso atómico y una gravedad específica superior a 5,0 Los metales pesados incluyen algunos metaloides, metales de transición, metales básicos, lantánidos y actínidos. Aunque algunos metales cumplen ciertos criterios y otros no, la mayoría estaría de acuerdo en que los elementos mercurio, bismuto y plomo son metales tóxicos con una densidad suficientemente alta.
Algunos ejemplos de metales pesados son el plomo, el mercurio, el cadmio y, en ocasiones, el cromo. Con menor frecuencia, pueden considerarse metales pesados el hierro, el cobre, el zinc, el aluminio, el berilio, el cobalto, el manganeso y el arsénico.
La tennessina (elemento 117) y el oganeso (elemento 118) no se han sintetizado en cantidades suficientes para conocer con certeza sus propiedades, pero es probable que la tennessina sea un metaloide o un halógeno, mientras que el oganeso es un gas noble (probablemente sólido).
Aunque la clasificación de ciertos metales densos como metales pesados es discutible, otros son metales pesados dignos de mención porque son pesados, tóxicos y suponen un riesgo para la salud debido a su amplio uso en la sociedad.
Toxicidad de los metales pesados y medio ambiente
Los metales pesados se definen generalmente como metales con densidades, pesos atómicos o números atómicos relativamente altos. Los criterios utilizados y la inclusión o no de metaloides varían según el autor y el contexto[2]. En metalurgia, por ejemplo, un metal pesado puede definirse en función de la densidad, mientras que en física el criterio distintivo puede ser el número atómico, mientras que un químico probablemente se preocupe más por el comportamiento químico. Se han publicado definiciones más específicas, pero ninguna de ellas ha sido ampliamente aceptada. Las definiciones estudiadas en este artículo abarcan hasta 96 de los 118 elementos químicos conocidos; sólo el mercurio, el plomo y el bismuto las cumplen todas. A pesar de esta falta de acuerdo, el término (en plural o singular) se utiliza ampliamente en la ciencia. A veces se cita una densidad superior a 5 g/cm3 como criterio de uso común y se utiliza en el cuerpo de este artículo.
Los primeros metales conocidos -metales comunes como el hierro, el cobre y el estaño, y metales preciosos como la plata, el oro y el platino- son metales pesados. A partir de 1809 se descubrieron metales ligeros como el magnesio, el aluminio y el titanio, así como metales pesados menos conocidos como el galio, el talio y el hafnio.