Musica para dormir bebes relajante

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Música para bebés

No hay duda de que la música es estupenda para los bebés. Escuchar melodías puede mejorar la capacidad de los más pequeños para procesar nuevos sonidos del habla, lo que es estupendo para reforzar sus habilidades cognitivas. La música puede estimular la formación de sustancias químicas que hacen sentir bien al cerebro, como la dopamina y la oxitocina. Cantar canciones de cuna a los bebés prematuros de la UCIN puede incluso mejorar su comportamiento alimentario. Y las investigaciones han demostrado que cantar canciones de cuna a los bebés puede mejorar el vínculo afectivo y reducir el estrés materno. ¡Cuántas ventajas! Pero la pregunta del millón sigue siendo: ¿Ayuda la música a dormir al bebé? Te lo explicamos.

Aunque es probable que no necesites un estudio científico para saber que las nanas calman a los bebés, sí que hay estudios que avalan los efectos calmantes de la música. Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Harvard descubrió que, cuando los bebés escuchaban nanas, se relajaban más que cuando escuchaban otro tipo de música. Su ritmo cardíaco era más bajo y sus pupilas estaban menos dilatadas, dos indicadores claros de relajación. Y lo mejor de todo: las nanas ejercían su magia tranquilizadora independientemente del idioma en que estuvieran escritas o de si los bebés las habían escuchado antes. Otro estudio, publicado en la revista Infancy, demostró que los bebés permanecían tranquilos el doble de tiempo cuando escuchaban una nana desconocida que cuando escuchaban una canción de cuna. Esto significa que el singular canturreo de las nanas es más poderoso que la propia letra o las palabras.

3 horas de música relajante para dormir al bebé vista submarina

Acostar a los niños puede ser un momento difícil para cualquier padre. Cada familia es diferente: algunos prefieren el silencio absoluto a la hora de acostar a sus hijos, mientras que otros disfrutan cantando, contándoles cuentos o poniéndoles música. Se pueden esgrimir diversos argumentos a favor de los muchos métodos que existen para tranquilizar a un bebé o un niño antes de que se duerma, pero a continuación se exponen algunos de los beneficios de poner música para bebés y niños antes de dormir.

En un experimento realizado por el Hospital Great Ormond Street de Londres, los investigadores pusieron canciones de cuna y canciones infantiles a 37 niños que eran pacientes del hospital. Durante la musicoterapia se midió la frecuencia cardiaca y el nivel de dolor de los niños, y se compararon con las mediciones tomadas cuando se les leía o se les dejaba solos. Los investigadores descubrieron que las mediciones sólo disminuían durante la musicoterapia. El profesor Tim Griffiths, neurólogo, utiliza escáneres de resonancia magnética para observar las profundidades del cerebro. “Hay una parte más antigua del cerebro, el sistema límbico, que es responsable de las respuestas emocionales a la música. Lo que creo que está ocurriendo es que la parte emocional del cerebro está siendo estimulada por la música, más que el estímulo de la lectura, y esto está disminuyendo el nivel de excitación, lo que a su vez afecta a los niveles de respuesta al dolor”, explica Griffiths.

El sueño del bebé

No hay duda de que la música es estupenda para los bebés. Escuchar melodías puede mejorar la capacidad de los pequeños para procesar nuevos sonidos del habla, lo que es estupendo para reforzar sus habilidades cognitivas. La música puede estimular la formación de sustancias químicas que hacen sentir bien al cerebro, como la dopamina y la oxitocina. Cantar canciones de cuna a los bebés prematuros en la UCIN puede incluso mejorar su comportamiento alimentario. Y las investigaciones han demostrado que cantar canciones de cuna a los bebés puede mejorar el vínculo afectivo y reducir el estrés materno. ¡Cuántas ventajas! Pero la pregunta del millón sigue siendo: ¿Ayuda la música a dormir al bebé? Te lo explicamos.

Aunque es probable que no necesites un estudio científico para saber que las nanas calman a los bebés, sí que hay estudios que avalan los efectos calmantes de la música. Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Harvard descubrió que, cuando los bebés escuchaban nanas, se relajaban más que cuando escuchaban otro tipo de música. Su ritmo cardíaco era más bajo y sus pupilas estaban menos dilatadas, dos indicadores claros de relajación. Y lo mejor de todo: las nanas ejercían su magia tranquilizadora independientemente del idioma en que estuvieran escritas o de si los bebés las habían escuchado antes. Otro estudio, publicado en la revista Infancy, demostró que los bebés permanecían tranquilos el doble de tiempo cuando escuchaban una nana desconocida que cuando escuchaban una canción de cuna. Esto significa que el singular canturreo de las nanas es más poderoso que la propia letra o las palabras.

Ir a dormir

“Existe un debate de larga data sobre cómo afecta la música a los oyentes, como resultado tanto de experiencias previas con la música como del diseño básico de nuestra psicología”, afirma Samuel Mehr, investigador asociado del Departamento de Psicología e investigador principal del Laboratorio de Música. “El sentido común nos dice que a los niños les relajan las nanas que escuchan. ¿Se debe esto a que ya han oído cantar a sus padres y saben que eso significa que están seguros? ¿O también hay algo universal en las nanas que produce estos efectos, independientemente de la experiencia?”.

Los nuevos resultados apoyan esta última hipótesis: Los bebés respondieron a los elementos universales de las canciones, a pesar de la falta de familiaridad de sus melodías y palabras, y se relajaron. El estudio se llevó a cabo en 2018 y 2019 en el Laboratorio de Música, que se centra en la psicología de la música desde la infancia hasta la edad adulta.

En el experimento, cada bebé vio un video animado de dos personajes cantando una canción de cuna o una que no lo era. Para medir las respuestas de relajación de los bebés a las grabaciones, los investigadores se centraron en la dilatación de las pupilas, los cambios en la frecuencia cardiaca, la actividad electrodérmica (una medida de la “excitación” a partir de la resistencia eléctrica de la piel), la frecuencia del parpadeo y la dirección de la mirada como indicadores de relajación o agitación. En general, los bebés experimentaron una disminución de la frecuencia cardiaca y de la dilatación pupilar, así como una atenuación de la actividad electrodérmica en respuesta a las nanas desconocidas.

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