Ponerme en marcha
Al mismo tiempo que tocaba con su grupo, Jones trabajaba bajo el nombre de Elmo Jones en el Ealing Blues Club. En el pub, se reencontró con Blues, Inc, que ahora contaba con el batería Charlie Watts y, en ocasiones, con cameos de Jagger y Richards. Jones se hizo amigo de Jagger y Richards, y pronto empezaron a tocar juntos con Taylor y Stewart; durante este tiempo, Jagger fue elevado a la categoría de cantante de Blues, Inc. Con la ayuda del batería Tony Chapman, la incipiente banda grabó una maqueta. Tras ser rechazada por EMI, Taylor abandonó la banda para asistir al Royal College of Art; más tarde formaría los Pretty Things. Antes de la marcha de Taylor, el grupo se autodenominó Rolling Stones, tomando prestado el apodo de una canción de Muddy Waters.
En 1966, los Stones habían decidido responder a los álbumes cada vez más complejos de los Beatles con su primer álbum de material totalmente original, Aftermath. Debido a los gustos musicales cada vez más exóticos de Brian Jones, el disco contaba con una amplia gama de influencias, desde la empapada de sitar “Paint It, Black” hasta los zumbidos orientales de “I’m Going Home”. Estas influencias eclécticas continuaron floreciendo en Between the Buttons (1967), el álbum más pop del grupo. Irónicamente, el lanzamiento del álbum estuvo marcado por dos de los incidentes más notorios de la historia de la banda. Antes del lanzamiento del disco, los Stones interpretaron la sugerente “Let’s Spend the Night Together”, cara B de la balada medieval “Ruby Tuesday”, en The Ed Sullivan Show, lo que obligó a Jagger a cambiar el título de la canción a un murmullo incomprensible, o de lo contrario se enfrentaría a su prohibición.
(no puedo obtener no) satisfacción
¿Qué se imagina cuando se menciona el rock and roll? ¿Qué dinámica de banda, qué presencia escénica le viene a la mente? Lo más probable es que los Rolling Stones aparezcan en esas conversaciones. La influencia duradera de la banda -a pesar de sus múltiples enemistades- es innegable y abarca docenas de lanzamientos discográficos. Y no podemos olvidar la explosiva personalidad interpretativa de Mick Jagger.
Los Rolling Stones han experimentado varias evoluciones a lo largo de las seis décadas que llevan haciendo música, pero los inicios de la banda se remontan a un pueblo del sureste de Inglaterra. En 1950, en Dartford (Kent), Jagger y Keith Richards eran amigos de la infancia y compañeros de clase. A los pocos años de amistad, los dos formaron una banda de garaje con Dick Taylor, Alan Etherington y Bob Beckwith. El grupo, que ensayaba en el garaje de Taylor y punteaba melodías de blues, se apodó a sí mismo los Blues Boys.
Después de colaborar con Alexis Korner’s Blues Incorporated, Jagger y Richards formaron la primera iteración de los Stones. La formación incluía al guitarrista Brian Jones, al teclista Ian Stewart, al batería Tony Chapman y a Taylor. Este grupo se basó en un repertorio de blues de Chicago, y a partir de ahí fueron ganando adeptos.
Rolling stones bekanntester canción
Si, por alguna razón, no fuiste capaz de captar la… imaginería detrás de su título, Sticky Fingers te golpea en la cabeza con su portada diseñada por Andy Warhol que presenta un primer plano del bulto de un hombre y una cremallera que puede bajarse para revelar una imagen de unos calzoncillos de algodón. El clásico de los Rolling Stones de 1971 -que hoy celebra su 50 aniversario- te permite saber cuál es la onda antes incluso de sacarlo de la funda, así que en muchos sentidos tiene sentido que también sea el disco que alberga el tema más controvertido de la banda, “Brown Sugar”.
Lo fascinante de “Brown Sugar” es que, a pesar de su torpe letra y su descarada fetichización de las mujeres negras, sigue siendo uno de los temas más queridos de la banda, un elemento básico en sus actuaciones en directo. Los fans que la conocen la bailan a pesar suyo. Quizá se rían nerviosamente de la letra, pero no la apagan. Como gran parte del catálogo de los Stones, es una reliquia de otra época, llena de racismo, sexismo y otras letras cuestionables que han envejecido mal. Pero, como los propios Stones, ha perdurado.
Mientras pasan las lágrimas
En abril de 1966, los Rolling Stones alcanzaron un hito importante: su álbum Aftermath, publicado ese mes, fue el primer disco del grupo compuesto íntegramente por composiciones originales de Jagger y Richards. Precedido en EE.UU. en marzo por Big Hits (High Tide And Green Grass), una recopilación de sus singles más vendidos hasta entonces, parecía sin duda el comienzo de un nuevo capítulo para los Stones, en el que definirían su estatus como compositores consumados y pioneros.
Su fuerza residía no sólo en la colaboración simbiótica de Mick Jagger y Keith Richards, que producía los elementos básicos de cada nueva canción, sino también en la aguda experimentación del guitarrista Brian Jones, cuya musicalidad inquisitiva a menudo ayudaba a darles vida de forma extraordinaria y vívida.
Fue Brian quien, desencantado con la guitarra, embelleció Aftermath con curiosas y dramáticas texturas extraídas de fuentes improbables. Tocó el dulcimer con gran efecto en “Lady Jane”, aportó el gancho característico de “Under My Thumb” con la marimba y coronó “Paint It Black” con sus evocadores riffs de sitar. Desgraciadamente, la eminencia de Brian en el estudio no sirvió para mejorar su estatus en la banda: atrapado en una lucha de poder entre él, Mick y Keith, Brian se refugió en la bebida y las drogas como vía de escape. Y, a medida que su ya precaria personalidad se volvía cada vez más inestable, Brian se distanció aún más de sus compañeros de banda en el proceso.